«Lo que espero sacando este poemario a la luz es que muchas de nosotras acabemos sintiendo que esa soledad se convierte en una soledad compartida y, si puede ser, que deje poquito a poco de ser soledad…»
Queridos lectores, hoy vamos a conocer a La Procesión de la Niña, escrito por Cheyenne y publicado por el Grupo Editorial Europa.
La Procesión de la Niña es un poemario lleno de sensibilidad alrededor del cual cada verso se convierte en el único instrumento con el que se puede expresar la realidad personal.
A través de tres fases, definidas como «tres duelos», el libro se convierte en un verdadero y propio camino de crecimiento en la búsqueda constante del sentido de la existencia.
Interesante, ¿verdad?
Es por eso que en el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Cheyenne para conocerla mejor y descubrir algo más sobre LA Procesión de la Niña.
Ya estamos listos para leer nuestra entrevista…
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
La Procesión de la Niña es un poemario biográfico, pero creo que lo que yo viví le pasa a miles de niñas y adolescentes aún a día de hoy. Ahora estoy en mis veinte y muchas veces, en conversaciones con mis amigas, una de nosotras acaba mencionando “la relación tan complicada que tiene con su sexualidad”. Algunas de las que empezamos a descubrir el amor romántico y el sexo en la pubertad, hemos normalizado ciertos abusos que se dan en la pareja o hemos callado otros tantos porque sentíamos vergüenza o nos faltaba vocabulario con el que nombrarlo.
En el libro no me centro tanto en cómo fueron esas experiencias para mí, sino en todo lo que vino después de ellas. Yo me sentía muy sola, y callaba. Y ahora hablo con otras mujeres de mi edad y descubro que estábamos pasando por lo mismo a la vez, y que también se sentían solas y también callaban.
Lo que espero sacando este poemario a la luz es que muchas de nosotras acabemos sintiendo que esa soledad se convierte en una soledad compartida y, si puede ser, que deje poquito a poco de ser soledad.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Yo empecé a escribir poemas porque estos son una de las vías más fáciles para poder contar todo lo que no puedes decir directamente. Yo describía, plagaba las hojas de mis libretas con imágenes, pero nunca llegaba a decir “esto que sucede es esto” o “esto es lo otro”. Incluso cuando pasaban los años e iba descubriendo más vocabulario o escuchaba a activistas feministas poner nombre a situaciones por las que yo había pasado, seguía sin sentirme con agencia para poder nombrarlas.
El libro nace del mismo proceso personal por el cual yo ahora me atrevo a decir en la sinopsis la palabra “abuso”, por ir poco a poco permitiéndome a mí misma hablar y ser yo quien ponga las letras a mi historia. No hablé cuando tenía 13 años ni cuando cumplí los 16. Ahora con 23 estoy dándole voz a esa niña que una vez fui. El libro es, en parte, un regalo que quiero hacerle a ella.
¿Qué representa el dolor para usted?
Para mí es algo de lo que muchas veces he intentado huir. Me ha costado mucho visualizarme a mí misma como una figura dentro de la poesía porque creo que hay un poco una visión en el imaginario colectivo de “las poetas como personas muy atadas al sufrimiento”. Yo no me veo así, y probablemente muchas otras no se vean así. Escribo a veces desde la tristeza, al igual que escribo desde otras emociones.
En la primera parte de La Procesión de la Niña hay muchos poemas cuya columna vertebral es el dolor. A la segunda parte del poemario la titulé, de hecho, El Dolor porque era lo que yo sentía que estaba perdiendo, o al menos lo que yo quería perder.
A día de hoy siento que escribo tanto desde ese sentimiento como desde la alegría o la rabia. Mi escritura funciona muy en base a cómo soy yo en mi día a día. A veces estoy muy contenta durante muchos días seguidos y siento que necesito ponerme un poquito triste para sentirme más conectada conmigo misma. Con el dolor me pasa igual: lo siento y me identifico en él, pero en lo que yo creo que es la cantidad justa para mí.
¿Cuándo nació su pasión por la escritura?
Siempre me recuerdo escribiendo.
Creo que nace muy atada de mi pasión por la lectura, y eso es algo que le debo a mi madre. Yo soy hija única y mi madre era madre soltera, por lo que yo pasaba mucho tiempo de pequeña con mis abuelos mientras ella trabajaba, quienes ya eran mayores y no me podían seguir demasiado el ritmo. Mis dos grandes amores son la interpretación y la literatura, y creo que son fruto de un intento de nosotras dos porque me aburriera lo menos posible.
Recuerdo que una de mis actividades favoritas de pequeña era ir a Cortiñas, que es una librería que había en mi pueblo, y pasarme mucho rato mirando uno por uno los libros que traían nuevos, y luego no soltarlos en casa hasta que los acababa. Recuerdo también las tardes de verano en la playa, donde la forma de entretenerme cuando me cansaba del agua era crear una historia entre las dos.
En cuanto a la escritura como tal… ella me hizo un diario de embarazo donde me contaba todo su proceso y, como este, había otros diarios de su juventud. Siempre me ha gustado leerlos y me ha inspirado a que yo hiciera lo mismo.
¿Por qué eligió ese título?
Hay un dicho popular que dice que “la procesión va por dentro” con el que he llegado a sentirme muy identificada. Yo siempre he sido una persona que llora cuando siente que le sale hacerlo, pero también soy muy alegre, espontánea y risueña. Son cualidades que me gustan de mí, pero creo que tienen mucho que ver con que, en mi adolescencia, determinados profesores o figuras de autoridad juzgasen si tenía o no depresión porque “no lucía como una persona deprimida”. El título es, en parte, un guiño a eso. Siento que les estoy mostrando lo que me pasaba y les digo: “aquí está, esto es lo que no quisisteis ver. Era real y existía”.
También, al ser un libro que relata parte de mi infancia, al terminar de escribirlo me estaba dando la impresión de que estaba “yendo en procesión” y velando a una parte de mí. En el libro hago constantemente referencias religiosas, así que acabé sintiendo que todo cuadraba muy bien para titularlo así.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Cheyenne por su disponibilidad y le deseamos buena suerte con La Procesión de la Niña.
Este es todo por hoy… nos vemos próximamente con tantas novedades en puerta…
Besos y Abrazos
Rachele